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En torno al tema de la luz, uno se encuentra rápidamente con una multitud de términos técnicos. PIXLIP ofrece un breve resumen de los términos, unidades y tamaños más importantes utilizados en la tecnología de la iluminación.
La luminancia es la medida de la impresión de brillo que emana de una superficie iluminada. Describe la relación entre la intensidad luminosa y el tamaño de la superficie iluminada: candela / m².
Caso especial: Al igual que las superficies mates, los textiles translúcidos no reflejan la luz, sino que la transmiten. En este caso, la luminancia se calcula a partir de la iluminancia (candela) y la transmitancia. La transmitancia describe la relación entre el flujo luminoso transmitido y el incidente.
El flujo luminoso se expresa en lúmenes (lm) y describe la potencia luminosa total de una fuente de luz. A diferencia de la unidad de energía vatio, el flujo luminoso también incluye la sensibilidad de brillo espectral del ojo.
La intensidad luminosa se refiere al flujo luminoso que sale de la fuente de luz en una determinada dirección. Se mide como lumen por ángulo sólido: candela (cd). Como unidad básica de la tecnología de iluminación, todos los demás parámetros de iluminación se derivan de ella.
La eficacia luminosa describe la cantidad de luz (lúmenes) producida por la cantidad de energía (vatios) gastada. Por lo tanto, mide la economía y la eficiencia de la fuente de luz. Cuanto mayor sea la eficacia luminosa, más eficiente será la fuente de luz desde el punto de vista energético y económico.
La vida útil media de una fuente de luz se define como el tiempo en el que sólo el 50% de los componentes siguen funcionando. Una larga vida útil ahorra costes de inversión y mantenimiento. Se expresa en horas (h).
La iluminancia (lux) describe la llamada densidad de flujo luminoso en una superficie y se refiere a la relación entre el flujo luminoso (lumen) y el tamaño de la superficie iluminada en m² (lm / m²). Se puede medir en cualquier punto de la habitación, pero disminuye con la distancia a la fuente de luz.
Antes considerados fríos, oscuros y caros, los LED se consideran ahora el futuro de la tecnología de iluminación. Le mostramos por qué es así, qué ventajas aportan los LED y qué debe saber sobre los discretos diodos emisores de luz.
Como diodo semiconductor, el LED (diodo emisor de luz) pertenece a los emisores electroluminiscentes. Convierte la energía eléctrica en luz. En cuanto la corriente eléctrica pasa por el diodo, éste emite luz.
En el pasado, esta tecnología sólo podía producir luz azul, verde, amarilla y roja. Por ello, los LED se utilizaban principalmente como luz de señalización en interruptores o pantallas. Hasta finales de los años 90 no se consiguió producir luz blanca con la ayuda de una capa fluorescente adicional en el cristal semiconductor. Además, ahora es habitual agrupar diodos emisores de luz roja, azul y verde para obtener el color blanco mixto. Estos LEDs RGB permiten más de 16 millones de colores de luz diferentes.
El desarrollo de las tecnologías de iluminación LED de alto rendimiento avanza tan rápido como el de la tecnología informática. En comparación con las soluciones de iluminación convencionales, los LED ofrecen ya muchas ventajas decisivas en materia de diseño de iluminación, economía y sostenibilidad. Los arquitectos y diseñadores de iluminación también han reconocido esta tendencia. En los edificios nuevos y en las renovaciones, la nueva tecnología LED se utiliza cada vez con más frecuencia.
Mientras que la bombilla incandescente fue desbancada del mercado hace varios años, la LED lucha actualmente por el liderazgo del mercado. Por ello, los desarrolladores trabajan sobre todo en "sistemas inteligentes de gestión de la luz" que se adaptan dinámicamente a las condiciones de luz del día y a las necesidades biorítmicas de las personas. Además, el desarrollo se centra en diseños más compactos, una mayor eficacia luminosa y una producción más barata.
Los LEDs ofrecen las condiciones ideales para un diseño de iluminación completo y multifacético:
Calidad de la luz: los LED están disponibles en diferentes clases de rendimiento, que se diferencian sobre todo en el nivel de luminosidad deseado. Gracias a su buena reproducción cromática de Ra95 y a su elevada eficacia luminosa de hasta 150 lúmenes/vatio, también cumplen con las exigencias más altas. La fuente de luz puntual permite un control preciso de la luz. Con la ayuda de la óptica, la luz puede difundirse adicionalmente sin deslumbrar. La amplia gama de colores también ofrece la posibilidad de crear situaciones de iluminación atmosféricas y eficaces. Con colores de luz de 2500 K a 6000 K, también se puede crear una variedad de luz blanca.
Control de la luz: Al ser un componente electrónico, los LED pueden controlarse con precisión y atenuarse de forma infinita, por lo que pueden integrarse fácilmente en sistemas de gestión de la luz. Por ejemplo, la iluminación puede activarse y atenuarse mediante un detector de movimiento. El arranque sin retardo de los LEDs y la rápida respuesta al control también permiten escenas de iluminación rápidas y dinámicas.
Los LED ofrecen una serie de ventajas económicas sobre las fuentes de luz convencionales.
Larga vida útil: los LED se consideran muy resistentes y robustos. Soportan no sólo las vibraciones bruscas, sino también las fluctuaciones extremas de temperatura. Los primeros fracasos de la tecnología son las raras excepciones. Con una duración de más de 50.000 horas, los LED tienen una vida útil mucho más larga que otras fuentes de luz. Transcurrido este tiempo, siguen emitiendo una media del 70% de su luminosidad original y no fallan inmediatamente. Así, los costes de mantenimiento se eliminan casi por completo.
Eficiencia energética: en comparación con las antiguas bombillas, los LED consumen aproximadamente un 90% menos de electricidad. Los costes de funcionamiento pueden reducirse enormemente gracias al bajo consumo de energía. Con una eficacia luminosa de 110-160 lm/W, consiguen un bajo consumo de energía.
El aumento de los costes de la energía y la escasez de recursos hacen que cada vez más usuarios se pasen a soluciones de eficiencia energética como la tecnología LED.
Emisión de luz: El espectro luminoso del LED sólo se encuentra en el rango visible. Por lo tanto, no hay radiaciones UV e infrarrojas peligrosas, por lo que los plásticos, por ejemplo, no sufren con la iluminación y los colores no se desvanecen. Los animales e insectos sensibles a la noche también están protegidos por la falta de radiación UV.
Reciclaje: A diferencia de las lámparas de bajo consumo, los LED no contienen sustancias tóxicas o nocivas, como el mercurio, por lo que pueden eliminarse de forma ecológica y sin mucho esfuerzo.
Conservación de los recursos: el bajo consumo de energía de los LED garantiza unas bajas emisiones de CO2. También se reduce el consumo de metales como el cobre.
El ojo humano no sólo distingue la luz y la oscuridad. Nuestra percepción también está determinada por el color de la luz: Mientras que la luz blanca cálida se percibe como acogedora, el blanco neutro parece más bien frío y comercial.
El ojo es nuestro órgano sensorial más importante. Absorbemos más del 80% de la información a través de los ojos: Y eso es a través de los estímulos luminosos.
Es la luz ambiental la que permite nuestra percepción visual diaria. Esto se hace especialmente evidente en la oscuridad o con una iluminación insuficiente, cuando nuestra visión se ve afectada y nuestra orientación se resiente. Así, mientras evitamos la oscuridad, nos atrae la luz: un efecto del que se beneficia especialmente la publicidad.
El llamado color de la luz describe el color intrínseco de la luz emitida por una fuente luminosa. El color de la luz se mide por la llamada temperatura de color en Kelvin (K). El estándar para esta temperatura de color es el "radiador planckiano".
Se trata de un cuerpo negro idealizado que no refleja la luz sino que la absorbe. Si se calienta lentamente, recorre una escala de colores que va del rojo al amarillo, pasando por el blanco y el azul claro. Cuanto más alta sea la temperatura, más blanco será el color.
La temperatura del color de los colores de la luz blanca se divide en tres grupos principales:
Blanco cálido con temperaturas de color inferiores a 4000 K. Este color claro se percibe como acogedor y relajante y se asemeja a la luz natural durante una puesta de sol.
Blanco neutro con temperaturas de color entre 4000 y 5000 K. Este color crea un ambiente más bien frío y, por tanto, es adecuado para cocinas y baños, por ejemplo.
Blanco luz diurna con temperaturas de color superiores a 5000 K. Este color claro corresponde a la luz del día durante el mediodía e influye positivamente en nuestro bienestar. Favorece la concentración y es ideal para iluminar los lugares de trabajo.